miércoles, 28 de marzo de 2012

El BuenRollismo dedicado al amigo de Manresa...

articulo de http://batallaespiritual.wordpress.com/ 
La aceptación por los demás suele ser otra preocupación del buenrollista
En España desde hace años se ha desarrollado una forma de pensamiento y una filosofía de vivir a la que muy pocos se resisten, se trata del buenrollismo, que procede del termino “buen rollo”, que viene a ser algo así como achacar a la buena voluntad y al buen entendimiento y está hermanado con el termino latino-americano “buena onda”.

El origen del buenrollismo fue un programa nocturno muy conocido en España llamado Crónicas Marcianas. En este programa todas las noches se invitaba a un público normalmente entregado y extasiado por el espectáculo que contemplaba, unos debates televisivos entre famosillos, vividores, chuloputas, frikis, busconas y demás gentuza que intercambiaban insultos, rumores, humillaciones, etc…


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Buenrollistas en plena reunión, el bolsito con la china de haachis suele ser característico.

El monstruo estaba en marcha, con el buenrollismo la persona se libera de todo principio moral y toda trascendencia religiosa/filosófica para caer en los brazos del libertinaje sexual del rojerío reinante, el vicio del alcohol y las drogas y huir de cualquier cosa que te aleje de poder “disfrutá” y vegetar como un cactus, en lugar de pensar y tener las inquietudes de un ser humano. La diferencia por ejemplo con el movimiento hippie es que los buenrollistas se eximen de cualquier buena obra o acción que beneficie al prójimo, ya que el egoísmo y el vivir para si es la base de su ideología.

El exponente del buenrollismo es el de una persona prejuiciosa que atacará a todo el que piense distinto de él –que piense más allá del fútbol y las vacaciones- como amargado, reprimido sexual, carca, retrógado, facha, fascista, fanático, etc… El buenrollista como buen amante de vivir para disfrutar solo creen los días festivos, los puentes y el fúbol, hablar de temas realmente intrascendentes y preocuparse por asuntos banales como hacerse un nuevo tattoo o publicar las fotos de sus vacaciones el el Facebook.

La ideología del buenrollista no es ninguna, pues no creen en nada realmente, aunque el izquierdismo les encaja bastante bien ya que les legitima para actuar sin moral, como les venga en gana y lo más importante, les exime de pensar y tener sus ideas propias, cosa que les otorga más tiempo libre para pensar en sus “vida sosiá”. El buen rollista se deja seducir por políticas irresponsables como el aborto y la eutanasia por ejemplo, y pueden llegar a afirmar que tener hijos es “ultraderechista” y “rancio”.

El buenrollista no suele poseer demasiados principios éticos o morales, renunciando así a esa carga y ese peso. Valores como amistad, familia, responsabilidad, fidelidad, honradez pueden causar alergia aguda en un buen buenrollista.

Las televisiones que más fomentan el buenrollismo en España son Telecinco, Cuatro y la Sexta. Sus grandes difusores sin lugar a dudas son el Gran Wyoming y Andreu Buena Fuente (Mala Hierba). Estos tipos son la base de cualquier monologuista español. Tipos demagógicos, con un gran odio, rencor e intolerancia a los que piensan diferente a sus postulados marxistas, con un humor agrio, enrevesado, con intención de herir y ridiculizar al prójimo, porque amigos, uno de los vicios de esta gentecilla es la envidia y el odio.

El buenrollismo también crea una estructura mental de lenguaje prefabricado, en el cual existen unas frases graciosas que podría decir cualquiera ante una situación, para resultar simpático a los demás y ser aceptado. Por ejemplo, tras haber comido un buen rollista podría decir, “ahora estaría bien una siesta”, o “ya quedan 4 días para las vacaiones”.

La aceptación por los demás suele ser otra preocupación del buenrollista, el cual de una forma algo cobarde intenta eludir su verdadera personalidad y forma de pensar para caer en la corrección de lo políticamente correcto y conversar con temas socialmente bien vistos. Véase fútbol deportivo, fútbol político y fútbol religioso (idolatría). El buenrollista ha desarrollado una gran sapiencia descomunal sobre historia balonpédica para no quedarse atrás en ninguna amena conversación intrascendental. El fanatismo por un equipo estará muy bien visto y ayudara a integrarse y ser reconocido en este club de “librepensadores”.
Esto ha sido todo, seguro que tras leer esto os viene alguien a la mente, por favor, decidle lo buenrollista que es.

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